La diversidad funcional como una diferenciación para las empresas es un concepto real. Potencia valores como la empatía, el afán de superación y orienta a la integración sociolaboral en el propio marco laboral.
Trabajar es una actividad fundamental para conseguir la autonomía de las personas, ofreciendo seguridad social, personal, estabilidad y también el derecho de obtener una pensión contributiva al finalizar la vida laboral. Pero, si unimos los conceptos ‘trabajar’ más ‘diversidad funcional’ surge algo más.
La diversidad funcional como una diferenciación para las empresas y un compromiso
El talento no entiende de etiquetas, sólo de las competencias, habilidades, visiones, ideas y experiencias diferentes que una empresa necesita para llevar a cabo una actividad. Los prejuicios basados en etiquetas reducen la competitividad de una empresa y la apertura al talento.
Apostar por contratar a una persona con diversidad funcional, va más allá de aumentar la plantilla. Este gesto, es un paso para la mejora del clima laboral. Y esto es algo más que una mera frase, es una realidad palpable que vivimos en Yohumanize.
Si tu trabajo te apasiona, también te gustará aprender, crecer, reflexionar y hasta cambiar de opinión.
Este tipo de comportamientos, no sólo enriquecen a la persona, sino al conjunto de una organización. Competir, crear un clima donde la comunicación no fluya no es el escenario idóneo para que una empresa funcione y evolucione.
Si los cimientos están bien puestos sí lo hará. Y contar con personas con diversidad funcional, no sólo enriquecerá a la organización, también a todos sus miembros. Si un equipo se entiende con facilidad, el trabajo fluirá ¿y no es ésa la meta de cualquier responsable de una empresa?
Contar con personas con diversidad funcional tiene ventajas no sólo fiscales, sino también cualitativas
En Yohumanize esta cuestión la tenemos clara. Si hay un aspecto a destacar es que una persona con diversidad funcional está acostumbrada a superar obstáculos a diario y de todo tipo. Cuentan con una alta capacidad de superación, una fuerte disposición y son hábiles buscando soluciones a problemas aparentemente imposibles.
¿No es acaso lo anterior un valor importante? En todas las empresas surgen conflictos, aparece la desmotivación y no se trata de que la magia haga acto de presencia, pero sí el sentido común. A una persona que tiene que sortear problemas serios, ¿le va a suponer un gran esfuerzo afrontar un obstáculo laboral?
A veces, no se trata de tener la respuesta o la solución ipso facto, sino el saber gestionar las emociones. Y contar con una persona acostumbrada a la perseverancia y a no rendirse, es muy valioso. Existen multitud de talentos, pero el emocional es básico. Tanto en la gerencia como entre la plantilla, es sano contar con alguien que ‘no se ahogue en un vaso de agua’.
En definitiva, las personas de este colectivo son cada vez más profesionales en sus campos, y es que cada vez están más formadas, como sucede con el conjunto de la población. Sus circunstancias no deben suponer una barrera a la hora de acceder a un puesto de trabajo: lo único que debe contar es el talento y las aptitudes personales.