En el post de hoy queremos comentar la importancia de ser un buen empresario. Eso que muchos directivos intentan perseguir pero que no consiguen finalmente. El problema está en el «¿por qué esto no se lleva a cabo?» y en el «¿por qué mis empleados/as piensan que yo, como jefe/a, soy injusto/a?»
La respuesta es muy simple: porque no se escuchamos a la plantilla, a quienes hacen posible que tu organización funcione: tus trabajadores.
Cuando tenemos una empresa y nuestro estatus pasa de ser empleado a empleador se nos olvida que nosotros alguna vez también estuvimos en su lugar. Por ello, no tenemos que ser egoístas. Debemos conocer qué necesidades tienen nuestros trabajadores y, en la medida de lo posible, hacer cambios para que ellos se sientan cómodos trabajando en nuestra empresa (esto no será efectivo si no los mantenemos en el tiempo). Además, sería conveniente que hagamos aportaciones y salga de nosotros como jefes ofrecer algunos beneficios como agradecimiento a su esfuerzo con nuestra organización.
Hacer esto y ser empáticos con quienes trabajan PARA nosotros pero, sobre todo, CON nosotros se resume en: éxito.
Hace unos días leí el artículo de EL PAÍS que escribió Kiko Llaneras (autor de ‘Piensa claro’) sobre la crítica que está teniendo que la generación Z quiera salir temprano. Llaneras manifiesta que este hecho es un progreso pero, indica, que a muchas personas les molesta que los jóvenes el primer día de trabajo pregunten la hora de salida. De hecho, refieren que «los jóvenes ya no quieren trabajar duro» porque no entienden que estos quieran salir temprano de la oficina.
A nivel personal, consideramos que como jefes/as debemos ver estos hechos como progresos. Antiguamente las personas se conformaban con tener un trabajo durante toda su vida mientras esto le otorgara una estabilidad. Sin embargo, con el paso de los años, se busca un progreso, un crecimiento personal y una mejora de empleo junto con unas buenas condiciones porque se valora mucho más el ocio. Ya no se vive para trabajar sino que se trabaja para tener una calidad de vida. Y esto debemos entenderlo aunque la retención del talento estás últimas décadas esté resultando más complicada.
Por ejemplo, actualmente la salud mental nos preocupa más que hace unos años, pero porque ahora existe una mayor conciencia. Algo está cambiando para que demos la misma importancia a la salud física que a la mental, a mejor, evidentemente.
Otro caso podría ser que existan personas vegetarianas. Algunos podrían pensar que estas personas van contra su tradición pero, en realidad, lo único que ocurre es que existe más gente que piensa en el bienestar animal.
O, incluso, existen quejas hacia la tecnología porque hace innecesarios ciertos empleos, pero no pensamos que hoy en día los padres pueden jugar más con sus hijos mientras la ropa se lava sola.
Por tanto, ¿es necesario que evitemos una serie de comodidades solo porque anteriormente estas no existían? Pues si se quiere avanzar como empresa es imprescindible empezar a implantar cambios en la misma.
En Yohumanize, como empresa Socialmente Responsable, nos encargamos de aportarte esa visión que puede que le falte a tu organización.
¿Te gustaría que te echáramos una mano?